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Este país europeo podría dar marcha atrás en la prohibición de coches de combustión: la polémica propuesta que divide al sector

Cuando parecía que la transición hacia la movilidad eléctrica era un camino sin retorno en Europa, una propuesta política sacude los cimientos del sector. El debate está servido y las implicaciones podrían extenderse mucho más allá de sus fronteras. Te cuento todos los detalles de esta decisión que ha encendido las alarmas en la industria automotriz.

Bandera del Reino Unido ondeando, símbolo del intenso debate sobre la transición al coche eléctrico y la prohibición de vehículos de combustión

El Reino Unido vuelve a estar en el centro del debate europeo sobre la transición a la movilidad eléctrica

Sí, estamos hablando del Reino Unido. El país que una vez lideró la carrera hacia la electrificación del transporte en Europa ahora se encuentra en medio de un debate político que podría cambiar radicalmente el rumbo de su política de movilidad. El Partido Conservador, actualmente en la oposición tras perder las elecciones de julio de 2024, ha lanzado una propuesta que ha sacudido al sector: revocar la prohibición de venta de coches nuevos de gasolina y diésel y eliminar el mandato de vehículos de cero emisiones (ZEV).

Lo que hace esta noticia especialmente relevante no es solo su contenido, sino el momento en que llega. Cuando fabricantes de todo el mundo han invertido miles de millones en la transición eléctrica, cuando las infraestructuras de carga crecen exponencialmente y cuando los consumidores empiezan a aceptar mayoritariamente los vehículos eléctricos, una propuesta así genera ondas expansivas que van mucho más allá de las islas británicas.

El contexto: años de idas y venidas

Para entender la magnitud de esta propuesta, necesito ponerte en contexto. La historia de la prohibición de coches de combustión en el Reino Unido ha sido, cuando menos, turbulenta.

Todo comenzó en noviembre de 2020, cuando Boris Johnson, entonces Primer Ministro conservador, anunció con bombo y platillo que el Reino Unido prohibiría la venta de coches nuevos de gasolina y diésel a partir de 2030. Fue una declaración ambiciosa que posicionaba al país como líder climático global, adelantándose incluso a la Unión Europea.

Sin embargo, la luna de miel duró poco. En septiembre de 2023, Rishi Sunak, también conservador pero con una visión más pragmática (según sus defensores) o más tibia (según sus críticos), anunció un retraso de cinco años. La nueva fecha límite pasaba a ser 2035, alineándose con la normativa europea pero perdiendo el liderazgo que Johnson había reclamado.

📅 Cronología de la prohibición en el Reino Unido:

  • 2020: Boris Johnson anuncia prohibición para 2030
  • 2023: Rishi Sunak retrasa la fecha a 2035
  • 2024: El Partido Laborista gana las elecciones y restaura parcialmente el objetivo de 2030 para híbridos
  • 2025: Los conservadores, ahora en la oposición, proponen eliminar toda la regulación

Y ahora llegamos al momento actual. Tras la victoria laborista en julio de 2024, el nuevo gobierno de Keir Starmer restauró el objetivo de 2030 para la prohibición de nuevos híbridos convencionales, manteniendo 2035 como fecha límite para todos los vehículos de combustión. Parecía que el rumbo estaba claro... hasta esta semana.

Qué proponen exactamente los conservadores

La propuesta presentada por el Partido Conservador es más radical de lo que muchos esperaban. No se trata de un simple ajuste de fechas o una flexibilización de los objetivos. Estamos ante una revocación completa de la política de prohibición.

En concreto, los conservadores proponen:

  • Eliminar la prohibición de 2030 para la venta de nuevos híbridos convencionales
  • Revocar la prohibición de 2035 para todos los vehículos de combustión interna
  • Abolir el mandato ZEV que obliga a los fabricantes a vender un porcentaje mínimo de coches eléctricos
  • Mantener el apoyo a la infraestructura de carga para vehículos eléctricos
  • Permitir que el mercado decida el ritmo de adopción de vehículos eléctricos

Este último punto es especialmente relevante. Los conservadores argumentan que no están en contra de los coches eléctricos, sino de las "prohibiciones gubernamentales que distorsionan el mercado". Su posición es que la transición debe producirse de forma "natural" según las preferencias de los consumidores, no impuesta por regulación.

⚠️ Punto importante:

Esta es una propuesta del partido de la oposición. Para convertirse en ley, los conservadores necesitarían ganar las próximas elecciones generales (previstas para 2029) y mantener esta posición. El gobierno laborista actual ha rechazado categóricamente cualquier cambio en los plazos establecidos.

El mandato ZEV: la otra pieza del puzzle

Si la prohibición de venta es la cara visible de la política de transición, el mandato ZEV es el mecanismo que realmente mueve las piezas en el día a día. Y es precisamente este mandato el que genera más controversia en el sector.

El mandato ZEV (Zero Emission Vehicle) establece que los fabricantes deben vender un porcentaje creciente de vehículos de cero emisiones cada año. En 2025, ese porcentaje es del 28% para turismos y del 10% para furgonetas. Los fabricantes que no cumplan se enfrentan a multas de hasta 15.000 libras por cada vehículo que les falte para alcanzar la cuota.

Las cifras para los próximos años son ambiciosas:

  • 2025: 28% de ventas deben ser eléctricas
  • 2026: 33%
  • 2027: 38%
  • 2028: 52%
  • 2030: 80%
  • 2035: 100%

El problema, según los críticos del sistema, es que la demanda de vehículos eléctricos no está creciendo al ritmo necesario para cumplir estos objetivos. Muchos fabricantes están recurriendo a "trucos contables" como acuerdos con Tesla (que tiene excedente de créditos ZEV) o limitando artificialmente las ventas de modelos de combustión populares para mejorar sus porcentajes.

La propuesta conservadora eliminaría todo este sistema, permitiendo a los fabricantes vender los vehículos que los consumidores demanden sin restricciones ni multas.

Reacciones del sector automotriz

Como era de esperar, la propuesta ha generado reacciones encontradas en la industria automotriz. Y aquí es donde la situación se vuelve particularmente interesante, porque no hay un frente unido ni a favor ni en contra.

Los que ven la propuesta con buenos ojos:

Algunos fabricantes, especialmente aquellos con una transición más lenta hacia la electrificación, han mostrado cierto alivio ante la posibilidad de más flexibilidad. Las multas del mandato ZEV suponen un coste significativo que, argumentan, termina repercutiendo en el consumidor final a través de precios más altos.

💬 Posición de la industria:

La Society of Motor Manufacturers and Traders (SMMT), que representa a los fabricantes en el Reino Unido, ha mantenido una posición cautelosa. Mientras piden "flexibilidad en los plazos", también enfatizan la necesidad de "estabilidad regulatoria" para planificar inversiones a largo plazo.

Los que se oponen firmemente:

Por otro lado, fabricantes que han apostado fuerte por la electrificación ven la propuesta con preocupación. Empresas como Volvo, que ha comprometido ser 100% eléctrica para 2030, o BMW, con enormes inversiones en plantas de baterías en el Reino Unido, temen que un cambio de política desincentive futuras inversiones en el país.

Tesla, como era previsible, ha sido especialmente crítica. La compañía de Elon Musk no solo se beneficia del sistema actual (vendiendo créditos ZEV a otros fabricantes), sino que ve cualquier retroceso regulatorio como una amenaza competitiva. Si los fabricantes tradicionales pueden seguir vendiendo coches de combustión sin restricciones, el incentivo para comprar eléctrico disminuye.

Implicaciones medioambientales

No puedo analizar esta propuesta sin abordar el elefante en la habitación: las consecuencias medioambientales. Y aquí los datos son contundentes.

El transporte representa aproximadamente el 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero del Reino Unido, siendo los turismos la principal fuente dentro de este sector. Los compromisos climáticos del país, incluyendo el objetivo de cero emisiones netas para 2050, dependen en gran medida de la electrificación del transporte.

🌍 Impacto climático potencial:

Según el Climate Change Committee del Reino Unido, retrasar o eliminar la prohibición de vehículos de combustión podría resultar en entre 10 y 15 millones de toneladas adicionales de CO2 emitidas hasta 2050. Esto comprometería seriamente los objetivos climáticos del país y sus compromisos internacionales.

Los grupos ecologistas han reaccionado con indignación. Greenpeace UK calificó la propuesta como "irresponsable y peligrosa", mientras que Friends of the Earth la describió como "un regalo a la industria petrolera a costa del futuro de nuestros hijos".

Sin embargo, los defensores de la propuesta argumentan que la transición forzada también tiene costes medioambientales ocultos: la producción de baterías, la minería de litio y cobalto, y la dependencia de cadenas de suministro controladas por China plantean sus propios desafíos de sostenibilidad.

¿Podría extenderse a otros países europeos?

Esta es la pregunta que muchos se hacen, especialmente en España y otros países de la Unión Europea. ¿Podría el ejemplo británico inspirar movimientos similares en el continente?

La respuesta corta es: es poco probable, pero no imposible.

A diferencia del Reino Unido (que abandonó la UE con el Brexit), los países miembros están sujetos a la regulación europea, que ha establecido la prohibición de venta de coches de combustión para 2035. Modificar esta normativa requeriría un acuerdo a nivel europeo, algo mucho más complejo que un cambio de gobierno nacional.

Dicho esto, ya hemos visto señales de resistencia en algunos países. Alemania consiguió una excepción para vehículos que funcionen con e-fuels sintéticos. Italia ha pedido revisar los plazos. Y en varios países, partidos de derecha y extrema derecha han incluido en sus programas la oposición a las "prohibiciones verdes".

El caso británico podría servir como precedente político, aunque no legal. Si los conservadores ganaran las próximas elecciones y efectivamente eliminaran la prohibición, podría dar argumentos a quienes defienden posiciones similares en otros países.

Qué significa para los compradores

Si estás pensando en comprar un coche nuevo, ya sea eléctrico o de combustión, esta noticia probablemente te genera dudas. Permíteme aclarar algunos puntos:

Si estás en el Reino Unido:

  • La regulación actual no ha cambiado. La prohibición de 2030/2035 sigue vigente
  • Esta es una propuesta de la oposición, no una ley ni un proyecto de ley
  • Incluso si los conservadores ganan en 2029, implementar cambios llevaría tiempo
  • Los coches de combustión comprados hoy podrán seguir circulando indefinidamente

Si estás en España o la UE:

  • La normativa europea no se ve afectada por lo que ocurra en el Reino Unido
  • La prohibición de 2035 sigue en pie y no hay indicios de cambio próximo
  • Las ayudas al coche eléctrico como el Plan MOVES 2025 siguen disponibles
  • La infraestructura de carga sigue expandiéndose aceleradamente

Mi consejo, independientemente de lo que ocurra políticamente, es que evalúes tu decisión de compra basándote en tus necesidades actuales, no en especulaciones sobre el futuro regulatorio. Si un coche eléctrico se adapta a tu uso diario y tienes acceso a carga, sigue siendo una excelente opción económica y medioambiental.

¿Qué pasará realmente?

Predecir el futuro político es siempre arriesgado, pero puedo compartir algunas reflexiones basadas en el análisis de la situación actual.

Escenario más probable: El gobierno laborista ignora la propuesta y continúa con la hoja de ruta actual. Los conservadores mantienen esta posición como parte de su estrategia de oposición, diferenciándose del gobierno, pero sin que tenga efectos prácticos inmediatos.

Escenario alternativo: Si la economía británica entra en dificultades y el coste de vida sigue siendo un problema, podríamos ver un gobierno laborista más flexible con los plazos (como ya hizo Sunak). No una eliminación, pero sí posibles ajustes.

Escenario disruptivo: Victoria conservadora en 2029 con implementación de la propuesta. Esto crearía incertidumbre masiva, posibles conflictos comerciales con la UE y cuestionaría la credibilidad climática del Reino Unido a nivel internacional.

📊 Mi valoración personal:

Creo que, independientemente de la política del momento, la transición hacia la movilidad eléctrica es inevitable. Los fabricantes ya han hecho sus apuestas, la tecnología mejora exponencialmente y los costes bajan año tras año. Lo que está en juego no es si habrá transición, sino a qué velocidad y con qué nivel de apoyo institucional. Pero el tren ya ha salido de la estación.

Preguntas frecuentes

FAQ – Propuesta conservadora Reino Unido

🔹 ¿Qué propone exactamente el Partido Conservador del Reino Unido?

El Partido Conservador británico, actualmente en la oposición, ha presentado una propuesta para revocar completamente la prohibición de venta de coches nuevos de gasolina y diésel prevista para 2030 (híbridos) y 2035 (todos los vehículos de combustión). Además, proponen eliminar el mandato ZEV (Zero Emission Vehicle) que obliga a los fabricantes a vender un porcentaje creciente de vehículos eléctricos cada año. Sin embargo, mantienen su apoyo a la expansión de la infraestructura de carga para vehículos eléctricos.

🔹 ¿Esta propuesta afecta a los coches eléctricos ya vendidos en el Reino Unido?

No, la propuesta no afecta en absoluto a los vehículos eléctricos ya vendidos ni a sus propietarios. Se centra únicamente en la regulación de venta de coches nuevos de combustión. Los propietarios de coches eléctricos seguirían disfrutando de todos los beneficios actuales, incluyendo acceso a zonas de bajas emisiones, exenciones fiscales y la red de carga en expansión. De hecho, los conservadores han dejado claro que seguirían apoyando el desarrollo de infraestructura de carga.

🔹 ¿Qué probabilidades tiene esta propuesta de aprobarse?

Actualmente, las probabilidades de aprobación son bajas. El Partido Laborista, que gobierna con amplia mayoría desde julio de 2024, ha reafirmado su compromiso con la prohibición de 2030 para híbridos y 2035 para todos los vehículos de combustión. Para que esta propuesta se convirtiera en ley, los conservadores necesitarían ganar las próximas elecciones generales (previstas para 2029) y mantener esta posición en su programa electoral. Sin embargo, la propuesta tiene relevancia porque marca la posición del principal partido de la oposición y podría influir en el debate público.

🔹 ¿Cómo afectaría esta propuesta a los fabricantes de coches?

Los fabricantes de automóviles tienen opiniones divididas. Por un lado, eliminar el mandato ZEV les daría más flexibilidad y reduciría las multas por no cumplir cuotas de ventas eléctricas. Por otro lado, muchos fabricantes ya han invertido miles de millones en la transición eléctrica y han planificado sus líneas de producción en base a las fechas de prohibición. Un cambio de política crearía incertidumbre y podría desincentivar inversiones futuras en el Reino Unido. Marcas como Ford, Stellantis y BMW han expresado que prefieren marcos regulatorios estables y predecibles.

Conclusión: un debate que no debemos ignorar

La propuesta conservadora en el Reino Unido es, por ahora, más un gesto político que una amenaza real a la transición eléctrica. Pero sería un error ignorarla o minimizarla.

Lo que esta noticia nos recuerda es que la transición energética no es un proceso lineal ni irreversible. Requiere consenso político, inversión sostenida y, sobre todo, que los ciudadanos perciban que es beneficiosa para ellos. Cuando eso falla, surgen propuestas como esta.

Para quienes creemos en la movilidad eléctrica, el mensaje está claro: no basta con esperar a que las prohibiciones hagan el trabajo. Es necesario seguir trabajando para que los coches eléctricos sean más asequibles, que la infraestructura de carga sea más accesible y que los beneficios sean evidentes para todos, no solo para quienes pueden permitirse un Tesla.

El futuro sigue siendo eléctrico. Pero necesitamos asegurarnos de que sea un futuro inclusivo y deseable, no impuesto. Esa es la lección que debemos extraer de esta polémica propuesta británica.

Seguiré informando sobre la evolución de esta situación y sus posibles implicaciones para el mercado español y europeo. Como siempre, mi compromiso es ofrecerte información objetiva y análisis riguroso para que puedas tomar las mejores decisiones.

¿Tienes dudas sobre cómo esta noticia podría afectar a tus planes de comprar un coche eléctrico? ¿Quieres entender mejor las implicaciones de las diferentes políticas de transición energética? Contacta conmigo y te ayudaré a poner las cosas en perspectiva.

Sobre el autor

Apasionado de la movilidad eléctrica con más de 50.000 km de experiencia en viajes por carretera. Comparto lo aprendido para que tu transición a la electrificación sea más sencilla y disfrutes cada kilómetro, sin sorpresas.